Obama viene al MINSA

Michel Moore en Sicko evidencia cómo las aseguradoras en alianza con la industria farmacéutica y con sectores de las organizaciones médicas, llevaron a que los EEUU sea el único país industrializado sin un sistema universal de acceso a salud. Luego de las reformas de los años sesenta que incorporaron protección a grupos vulnerables, los EEUU derivaron en el abuso inaceptable de las aseguradoras que no procuraban proteger a las personas frente a las enfermedades. Se pervirtió así un sistema de seguros en salud; pero quizá esa situación le sea inherente al aseguramiento cuando se convierte en fin y no en medio.
Tendencias de acceso a salud
Existen dos grandes tendencias para lograr protección en salud de la población. Una es la que se basa en el aseguramiento a través de seguros públicos o privados que otorgan a los afiliados paquetes de prestaciones. El problema con esta tendencia es que emana desde la lógica de los seguros, que tiene como fundamento la aplicación del costo beneficio en sus intervenciones. La lógica aseguradora privada, como es natural, busca reducir al mínimo necesario las posibilidades de destinar los recursos que recauda para atender sus compromisos, sean estos sanitarios o de cualquier índole. Por su lado la lógica aseguradora pública, no logra desprenderse del enfoque privado y traslada esos fundamentos a la protección que pretende brindar.
No es casual que la implementación del aseguramiento en salud, como se viene dando en el Perú, sea restrictiva y no comprehensiva. El Seguro Integral de Salud o los seguros privados, otorgan atenciones sobre la base de paquetes que nunca llegan a ser integrales y cubren un porcentaje reducido de las enfermedades; los seguros privados en EEUU restringen sus obligaciones y crearon mecanismos para ampliar sus ingresos en detrimento de las necesidades de la gente.
Obama a la peruana

A diferencia de lo que ha sucedido en los EEUU, país en el que la reforma implica continuar con el concurso de las empresas aseguradoras pero con una intervención estatal mucho más fuerte que regula el aprovechamiento privado indebido, en el Perú lo que se requiere es garantizar el acceso a salud pero con el mínimo concurso de las aseguradoras privadas, ya que éstas derivan la ampliación del acceso en aberraciones sanitarias. Necesitamos observarnos en el espejo de Colombia, país que ha profundizado la focalización en salud vía aseguradoras privadas, situación que ha terminado por desmantelar la red pública de prestadores, además de brindar paquetes de atención nunca integrales y siempre diferenciados. Y como es lógico desde la perspectiva privada, estas empresas cada fin de ejercicio presupuestal exigen al gobierno que les incremente el financiamiento bajo amenaza de paralizar las atenciones.
En el Perú en buena hora ese sistema no se ha profundizado y puede ser revertido. Ello requiere variar el modelo focalizado-residual de protección social vigente desde 1992, que ve a la salud casi como un acto de caridad, y bajo el cual se debe demostrar ser pobre para recibir la prestación del Estado. Debemos ir hacia un modelo de protección social basado en la seguridad social, desde el cual el Estado asume progresiva pero irreversiblemente sus responsabilidades integrales y la condición para acceder a servicios es la de ser humano. Llevar eso a la salud pasa por crear un Sistema Peruano de Salud, en el que la autoridad sanitaria, como sucede hoy en EEUU, recupere sus atribuciones reguladoras, fiscalizadoras y ordenadoras sobre públicos y privados, para así orientar a los actores sanitarios hacia las metas nacionales de salud.
Lógica libertad
No hay otra lógica que no sea la pública para garantizar el derecho a la salud, que es una de las bases para el ejercicio de las libertades y capacidades humanas. El neoliberalismo hábilmente ha secuestrado el valor de la libertad para presentar como competencia lo que en realidad es una pampa en la que un rifle cargado de billetes es la garantía o no del acceso a servicios básicos, y el Estado sólo debe atender a aquellos incapaces de valerse por sí mismos porque no tienen los rifles cargados de dinero.
Otros vemos a la libertad como la posibilidad de aspirar a lograr lo que como humanos decidamos hacer con nuestras vidas y empeños, para lo cual lo mínimo que se requiere es que la organización que nos pertenece a todos, el Estado, trabaje para crear las condiciones. El actual modelo político y económico del Perú no lo permite, por eso reformar el acceso a salud significa ir desmontando las restricciones en las que nos movemos. Se ha marcado el camino posible en la sociedad de EEUU, nos toca a los peruanos subirnos a la ola que viene corriendo Obama, para surfear con nuestras tablas, buscando hacer este país vivivle y no uno en el que la salud llena los bolsillos de algunos mafiosos y otros avispados como el que encabeza las encuestas presidenciales.
Alexandro Saco
23 3 2010