“No hay que desanimarse: cinco rusos han removido al mundo. Nosotros somos veinte que podemos remover la América Latina” (Carta de Haya de la Torre a Eudocio Ravines, 17 de octubre de 1926).

miércoles, 24 de marzo de 2010

Obama viene al Minsa

Una interesante intervencion en un foro que merece ser publicada



Obama viene al MINSA


La reforma sanitaria lograda por Obama en los EEUU reviste implicancias globales, y evidencia la lucha constante por lograr el acceso a salud. Como se sabe, esta reforma llevaba casi setenta años postergada debido a los intereses que buscaron conservar la actual organización sanitaria en los EEUU. Se ha logrado en alguna medida poner freno a las intenciones de seguir colocando a la salud como objeto de mercado, no sólo otorgando un seguro a treinta y dos millones de personas, sino modificando sustancialmente las condiciones del aseguramiento de más de doscientos millones. La salud es una obligación pública y como tal la participación estatal en su provisión, regulación o financiamiento es imprescindible; más aun teniendo en cuenta lo que sucede cuando el Estado abdica de esta obligación.
Michel Moore en Sicko evidencia cómo las aseguradoras en alianza con la industria farmacéutica y con sectores de las organizaciones médicas, llevaron a que los EEUU sea el único país industrializado sin un sistema universal de acceso a salud. Luego de las reformas de los años sesenta que incorporaron protección a grupos vulnerables, los EEUU derivaron en el abuso inaceptable de las aseguradoras que no procuraban proteger a las personas frente a las enfermedades. Se pervirtió así un sistema de seguros en salud; pero quizá esa situación le sea inherente al aseguramiento cuando se convierte en fin y no en medio.
Tendencias de acceso a salud
Existen dos grandes tendencias para lograr protección en salud de la población. Una es la que se basa en el aseguramiento a través de seguros públicos o privados que otorgan a los afiliados paquetes de prestaciones. El problema con esta tendencia es que emana desde la lógica de los seguros, que tiene como fundamento la aplicación del costo beneficio en sus intervenciones. La lógica aseguradora privada, como es natural, busca reducir al mínimo necesario las posibilidades de destinar los recursos que recauda para atender sus compromisos, sean estos sanitarios o de cualquier índole. Por su lado la lógica aseguradora pública, no logra desprenderse del enfoque privado y traslada esos fundamentos a la protección que pretende brindar.
No es casual que la implementación del aseguramiento en salud, como se viene dando en el Perú, sea restrictiva y no comprehensiva. El Seguro Integral de Salud o los seguros privados, otorgan atenciones sobre la base de paquetes que nunca llegan a ser integrales y cubren un porcentaje reducido de las enfermedades; los seguros privados en EEUU restringen sus obligaciones y crearon mecanismos para ampliar sus ingresos en detrimento de las necesidades de la gente.
Obama a la peruana
Por eso la reforma sanitaria de Obama tiene directa relación con la postergada reforma sanitaria en el Perú, ya que marca la necesidad de confrontar los intereses privados, gremiales o burocráticos que impiden avanzar hacia una real universalización de la salud. Demuestra además que la reforma debe ser liderada por el más alto nivel político del país o por el propio Presidente de la República. La reforma de Obama expresa que las necesidades en salud no son un asunto aislado sino un tema global y civilizatorio, en el que distintos países del mundo hoy se encuentran buscando el camino para un acceso con equidad.
 A diferencia de lo que ha sucedido en los EEUU, país en el que la reforma implica continuar con el concurso de las empresas aseguradoras pero con una intervención estatal mucho más fuerte que regula el aprovechamiento privado indebido, en el Perú lo que se requiere es garantizar el acceso a salud pero con el mínimo concurso de las aseguradoras privadas, ya que éstas derivan la ampliación del acceso en aberraciones sanitarias. Necesitamos observarnos en el espejo de Colombia, país que ha profundizado la focalización en salud vía aseguradoras privadas, situación que ha terminado por desmantelar la red pública de prestadores, además de brindar paquetes de atención nunca integrales y siempre diferenciados. Y como es lógico desde la perspectiva privada, estas empresas cada fin de ejercicio presupuestal exigen al gobierno que les incremente el financiamiento bajo amenaza de paralizar las atenciones.
En el Perú en buena hora ese sistema no se ha profundizado y puede ser revertido. Ello requiere variar el modelo focalizado-residual de protección social  vigente desde 1992, que ve a la salud casi como un acto de caridad, y bajo el cual se debe demostrar ser pobre para recibir la prestación del Estado. Debemos ir hacia un modelo de protección social basado en la seguridad social, desde el cual el Estado asume progresiva pero irreversiblemente sus responsabilidades integrales y la condición para acceder a servicios es la de ser humano. Llevar eso a la salud pasa por crear un Sistema Peruano de Salud, en el que la autoridad sanitaria, como sucede hoy en EEUU, recupere sus atribuciones reguladoras, fiscalizadoras y ordenadoras sobre públicos y privados, para así orientar a los actores sanitarios hacia las metas nacionales de salud.
Lógica libertad
No hay otra lógica que no sea la pública para garantizar el derecho a la salud, que es una de las bases para el ejercicio de las libertades y capacidades humanas. El neoliberalismo hábilmente ha secuestrado el valor de la libertad para presentar como competencia lo que en realidad es una pampa en la que un rifle cargado de billetes es la garantía o no del acceso a servicios básicos, y el Estado sólo debe atender a aquellos incapaces de valerse por sí mismos porque no tienen los rifles cargados de dinero.  
Otros vemos a la libertad como la posibilidad de aspirar a lograr lo que como humanos decidamos hacer con nuestras vidas y empeños, para lo cual lo mínimo que se requiere es que la organización que nos pertenece a todos, el Estado, trabaje para crear las condiciones. El actual modelo político y económico del Perú no lo permite, por eso reformar el acceso a salud significa ir desmontando las restricciones en las que nos movemos. Se ha marcado el camino posible en la sociedad de EEUU, nos toca a los peruanos subirnos a la ola que viene corriendo Obama, para surfear con nuestras tablas, buscando hacer este país vivivle y no uno en el que la salud llena los bolsillos de algunos mafiosos y otros avispados como el que encabeza las encuestas presidenciales.
Alexandro Saco
23 3 2010

miércoles, 10 de marzo de 2010

Ya Váyanse


El XXII congreso aprista ha terminado por derrotar por un lado a un Mulder enfrascado en sus horrores dictatoriales dentro del partido y a los compañeros “puristas” creyentes que la única forma de hacer aprismo es unirse a sus insultos contra la dirigencia. Los errores de Mulder han sido calamitosos para la institucionalidad del partido, pero la continua disidencia de ese grupito de nostálgicos que se consideran la “izquierda aprista” solo ha servido para darles titulares a los blogueros de bolsillo y a caviares figuretis que viven a la espalda de la gente que pretenden defender. A la vista de los resultados del congreso, solo nos queda decirles a nuestros amigos discordantes: YA VAYANSE, estoy seguro aun pueden formar su partidito “ultra hayista” para las próximas elecciones, y llévense a un par de Humalistas de paso.

Otros dirigentes que se han opuesto a decisiones del gobierno y de Mulder, como Wilmer Bendezú, Carlos Roca, y Luis Alberto Salgado, si han tenido representates y posiciones dentro del nuevo congreso, teniendo dos de ellos nuevos cargos y el ultimo siendo reconocido sus derechos. Ahora, ya los "puristas" se apresuran a decirles vendidos por creer que se puede hacer oposicion leal sin estar con las poses propias de la izquierda miraflorina en la que se ponen estos "revolucionarios".

Ahórrense afirmar que el congreso esta deslegitimado por los problemas del Viernes, al final el voto fue tomado con la prensa presente. Olvídense de pensar que aun hay espacio dentro de “las bases”, la verdad es que el día del congreso solo estaban los que apoyaban la lista única, y ustedes ni siquiera tuvieron un candidato. Dejen la idea de que para ser aprista tienes que acoplarte a la figura del “no militante” a lo Valle Riestra, sin el partido ustedes no son nadie. Y más importante, dejen de decir que ustedes representan a la mayoría de apristas cuando no pueden elegir a un solo delegado que vote de acuerdo a su programa, simplemente mienten.

Lo importante es recuperar la democracia dentro del partido, restablecer el funcionamiento de los organismos, y buscar la representatividad. A partir de allí podemos tener un debate coherente sobre las bases ideológicas del partido que ustedes parecen tomar para sí. Los apristas creemos por doctrina en la justicia social, en el rol del Estado, en la unión Indoamericana, en la interpretación ambivalente del imperialismo, y en la defensa del legado de Haya, pero no podemos pensar que nada de eso es posible repitiendo el discurso Humalista del “neoliberalismo vs el pueblo” que nadie en el Perú se cree, esa es la ortodoxia que el jefe denuncio desde la fundación del partido y cuyos defensores han atacado al aprismo por nuestros 80 años.

 Ya sin representantes ni bases, ojala se animen pues nuestros “puristas” a irse del partido y proceder a dinamitar algún otro movimiento, como todos los ortodoxos de izquierda han hecho y por lo cual jamás han ganado una elección. Ya se les fue el coche dentro del aprismo, ojala –y de buena fe- tomen este consejo para nunca regresar.