“No hay que desanimarse: cinco rusos han removido al mundo. Nosotros somos veinte que podemos remover la América Latina” (Carta de Haya de la Torre a Eudocio Ravines, 17 de octubre de 1926).

viernes, 21 de mayo de 2010

Al César lo que es del César

Y con el acuerdo entre la CONFIEP, los estibadores, y el gobiernoal c. Negreiros nadie le puede decir que le dio la espalda al gremio que representa. De hecho, lo que ha sucedido entre los estibadores chalacos y el gobierno es paradigmático del desarrollo en el Perú; nosotros apoyamos las inversiones no porque queremos más extranjeros en el país (eso es colateral), sino porque creemos que trae trabajo y progreso al Perú. En ese sentido, el c. Negreiros defiende la necesidad de un puente entre la inversión y los trabajadores; en el Callao, ese puente se llama ENAPU.

Ahora claro, sería bueno que también el sindicato se reforme y no sea tan retrógrada como en el pasado, pero eso es para otro día.


 
NOTA DE PRENSA
NEGREIROS SE PRONUNCIA TRAS DEBATE FRUSTADO A FAVOR DE ESTIBADORES
La frustración laboral debilita la democracia y no alienta las inversiones
El congresista aprista Luis Negreiros Criado, luego de apoyar decididamente el proyecto de ley del estibador portuario, lamentó la decisión del Congreso de la República de devolver a Comisiones el referido proyecto que otorga justos derechos a los estibadores, como la negociación colectiva.
Para Negreiros, con esta decisión se deja de lado la única medida democrática con aptitud para garantizar estabilidad para el desarrollo de las operaciones portuarias y mejoras en las condiciones de vida de los trabajadores del sector. 
"El proyecto que defendimos no era únicamente una respuesta al actual conflicto portuario, como erradamente se sostuvo. Decir esto es utilizar un pretexto deleznable e irrespetuoso de la verdad. El aspecto central del proyecto era y es dar un impulso enérgico a la negociación colectiva en el sector y, con ello, hacer efectivo un derecho fundamental que distribuye equitativamente la riqueza y provee paz social a través del consenso", sostuvo Negreiros tras advertir que este proyecto debió ser secundado por el gobierno y los gremios empresariales que, "sin embargo, callaron en todos los idiomas".
De otro lado, el parlamentario aprista señaló que los empleadores de los estibadores jugaron también con embustes, como aquellos de los "puntos y contrapuntos" que es cuento de fantasmas para los desinformados en asuntos portuarios. Y, lo más grave, sin visión de que el desarrollo de la política portuaria confronta problemas que a ellos también les afectan, como la pretendida concesión en cualquiera de sus modalidades del muelle norte del Callao.
"Ni los empleadores portuarios ni el gobierno -continuó diciendo- han apreciado la tolerancia y la paciencia democráticas de los estibadores que han demostrado durante años creer en el diálogo. Solo les han dado promesas incumplidas en demandas laborales absolutamente elementales, sin comprender que la frustración laboral debilita la democracia y no alienta las inversiones".
Negreiros Criado precisó también que los inversionistas saben cómo se trata en otros puertos de América Latina y del mundo a los trabajadores portuarios, y cómo se considera especialmente al capital humano y estarán asombrados de lo que aquí ocurre.
Agregó que los más grandes gremios del país no han advertido que la intervención de la Marina de Guerra en los puertos para romper la huelga no es una alternativa viable ni en términos laborales ni comerciales, y menos aun desde el punto de vista técnico, si nos referimos a la movilización de la carga.
"No se trata de hacer funcionar el puerto a toda costa, incluso militarizándolo. Se trata de construir a través de la negociación y del diálogo un escenario estable para las inversiones.", enfatizó el parlamentario.   
Finalmente, el congresista precisó que la OIT estimará con preocupación esta situación, pues se aleja totalmente de sus criterios con relación al respeto del derecho de huelga. Incluso -sostuvo Negreiros- tratándose de servicios esenciales, la OIT no admite que el Gobierno intervenga rompiendo la huelga y militarizando el puerto como si se tratara de un país ocupado; "Esto puede resultar muy peligroso de cara al TLC con los Estados Unidos, que incluye el compromiso peruano de respetar los derechos fundamentales reconocidos por la OIT", concluyó  Negreiros.
Lima, 20 de mayo de 2010 

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